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Cuando llegó al control no se lo pensó dos veces: apretó el acelerador e intentó quitarse de enmedio. Frente a él, agentes de la Unidad de Prevención y Reacción de la Policía Nacional (UPR), que contemplaron atónitos como un hombre de 79 años se daba a la fuga. Uno de los policías tuvo que saltar hacia la mediana para evitar se embestido por el prófugo, que protagonizó una persecución a toda velocidad hasta que fue detenido.

Los hechos ocurrieron la pasada semana en Benalmádena. Según distintas fuentes consultadas por SUR, el octogenario realizó diferentes maniobras evasivas a fin de evitar que los policías dieran con él, aunque finalmente fueron los propios componentes del control quienes consiguieron interceptarlo. Antes, según ha podido saber este periódico, había hecho caso omiso de las múltiples indicaciones que le realizaron los agentes en el punto de verificación –el policía que tuvo que saltar para evitar ser arrollado por el coche no resultó herido–.

Con el vehículo inmovilizado, los policías comenzaron a indagar en torno al octogenario que acababa de darse a la fuga. Al parecer se trataba de un ciudadano británico que circulaba con un permiso de conducir de una tercera persona. Además, según las fuentes consultadas, había modificado las letras de la matrícula del coche. Así, uno de los caracteres era una ‘i’ latina mayúscula en vez de una ‘l’ mayúscula –hay que tener en cuenta que el sistema español de numeración de vehículos prescinde de las cinco vocales–.

Por todo ello, los agentes procedieron a detenerlo en relación a los delitos de falsedad documental –por la matrícula y el permiso de conducir–, resistencia y desobediencia a la autoridad, además de otro delito contra la seguridad vial por su conducción temeraria.

Pero el británico octogenario todavía escondía un –aparente– motivo para tratar de eludir el control de la Policía Nacional. Cuando los agentes introdujeron sus datos en el sistema, su imagen, nombre y apellidos aparecieron marcados por una alerta: el hombre que conducía por benalmádena tenía en vigor una reclamación judicial con orden de ingreso en prisión por delitos contra la salud pública –tráfico de drogas–.

A principios de este año se vivieron varios sucesos similares, con consecuencias más violentas en la mayoría de casos. En enero, una furgoneta embistió en una persecución a un todoterreno de la Guardia Civil, causando heridas de consideración a tres agentes, la escena vuelve a repetirse, y a los cuatro días un deportivo que se saltó un control se empotró contra un coche patrulla de la Policía Nacional y lesionó a dos agentes en San Pedro de Alcántara. El conductor huyó a pie, pero pudo ser detenido.

Uno de los agentes heridos en San Pedro de Alcántara sufrió diversas contusiones, mientras que su compañera, una funcionaria que se encontraba en la fase de prácticas, sufrió varias fracturas en un brazo que precisaron de una intervención quirúrgica. El fugitivo era un hombre de nacionalidad francesa, aunque de origen magrebí, al que se atribuyeron vínculos al narcotráfico, al igual que el reciente caso de Benalmádena.



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