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En menos de una hora había acudido al mismo bloque de viviendas hasta tres veces y siempre con la misma idea: provocar un incendio en el edificio. Lo intentó en más de una ocasión, llegando a poner un contenedor en el portal y prendiéndole fuego. Sin embargo, no logró su objetivo, más allá de causar algunos daños. Eso sí, acabó siendo detenido por una patrulla de la Policía Local de Málaga.

Los agentes recibieron el primero de los avisos el pasado sábado. Sobre las seis de la madrugada, se producía una llamada a la Sala del 092 en la que se informaba de que había un joven que se encontraba moviendo contenedores y colocándolos en medio de la calzada, así como introduciendo uno de ellos en el portal de un bloque de viviendas de Huelin.

Una patrulla acudió inmediatamente a la zona, pero el sospechoso ya no se encontraba allí. Se entrevistaron con los vecinos, quienes explicaron que el joven había estado amenazando a personas que residen en el edificio. Al parecer, se encontraba muy agresivo y había estado gritando: «Le voy a meter fuego al bloque».

Los policías locales montaron un dispositivo para localizar al sospechoso. Los vecinos les informaron que se había marchado en dirección Centro y les dieron su descripción: un chico joven y delgado, vestido de oscuro y que se movía en un patinete. Las fuentes consultadas han indicado que, pese a que se hicieron varias batidas por la zona, no dieron con él.

El servicio terminó sin que consiguieran localizarlo. Sobre las seis y media, uno de los policías locales vio al sospechoso en la zona cuando regresaba a casa tras el trabajo. Su descripción coincidía perfectamente con la que le habían ofrecido los testigos y, además, también se encontraba muy alterado y, de nuevo, estaba intentando meter un contenedor de basura en el portal del mismo edificio.

Alertó rápidamente a la Sala del 092 de la Policía Local. Pero el joven, no fue atrapado. El agente permaneció en la zona a la espera de que llegaran sus compañeros, pero el sospechoso se montó en su patinete y se marchó de la zona, sin que provocara ningún daño de relevancia.

En la noche del mismo sábado, cuando volvieron a entrar de servicio, sobre las once de la noche, los agentes se enteraron de que el sospechoso finalmente le había prendido fuego al contenedor en el portal del bloque de viviendas sin que hubiera sido aún detenido.

Al parecer, veinte minutos más tarde de que el agente fuera de servicio lo viera en la misma zona, el joven regresó al edificio. Un testigo relató que llegó a incendiar un contenedor en el descansillo del portal, mientras gritaba: «Os tengo que meter fuego». Asimismo, aseguró que había provocado daños en el semáforo que se encuentra frente al bloque y que había destrozado el portero electrónico y la puerta del portal, que no se podía cerrar.

Las pesquisas para identificar al sospechoso dieron un giro gracias a la llamada de una vecina del bloque. Explicó que el joven es conocido suyo y que, durante la mañana antes de que le prendiera fuego al contenedor, tuvo un incidente con él. Contó que se presentó en casa de ella, tocando insistentemente a la puerta, motivo por el que abrió. Tras ello, expuso que el chico intentó meterse en la vivienda por la fuerza, pero que logró impedirlo gracias a la ayuda de un amigo que se encontraba con ella.

Fue entonces cuando los policías locales consiguieron ponerle nombre y apellidos al sospechoso. Se trata de un varón de nacionalidad española y de 30 años de edad. Acudieron a su domicilio, recibiéndoles el padre del joven, quien manifestó que su hijo se encontraba en la vivienda.

El agente que lo había visto cuando regresaba a casa tras el servicio reconoció al sospechoso en la vivienda. Además, el joven admitió los hechos y contó que aquella madrugada se encontraba bajo los efectos de las bebidas alcohólicas. Tras ello, los policías locales procedieron a su detención.



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